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Dra. Jara Marcos, Ana María (Traumatólogo: 05/1801/05 - www.doctorajaramarcos.com)

12/04/2022

Tendinitis calcificante de hombro

Tendinitis calcificante de hombro La tendinitis calcificante de hombro es una patología muy frecuente, sobre todo, entre las edades comprendidas entre los 30 y los 50 años. Su prevalencia en pacientes con dolor de hombre está casi en el 54% de los casos, habitualmente se da más en mujeres que en hombres. El 80% de los depósitos de cristales se localiza dentro del manguito rotador.

El origen suele ser multifactorial y no existe un origen claro que lo produzca  para poder pautas de evitarlo, aunque se cree que los microtraumatismos a los que se ve sometido el tendón en la elevación del hombro pueden producir microhemorragias que culminan en la calcificación, entre otras teorías. También se ve en alteraciones metabólicas como el hipotiroidismo y la diabetes.

La clínica que producen es un dolor de inicio repentino, sin causa aparente desencadenante y que puede llegar a tener una gran intensidad, incluso interrumpir el sueño, así como una impotencia a la movilización del hombro total.

En la fase aguda, la terapia antiinflamatoria y la fisioterapia específica pueden ser de ayuda, pero cuando el dolor es muy intenso, se  suele infiltrar la bursa con corticoides y anestesia, aunque, debido a los efectos secundarios de este medicamente, no debe utilizarse de forma sistemática

Una terapia opcional son las ondas de choque, aunque la terapia más moderna y más eficaz es la punción y lavado de la calcificación bajo control ecográfico, tanto a corto como a largo plazo. Por último, estaría el tratamiento quirúrgico, que siempre es más agresivo.

El lavado ecoguiado es una técnica mínimamente invasiva, que se realiza siempre  guiada con técnicas de imagen como la ecografía, que nos permite planificar la vía de abordaje directa y, asimismo, la visión en tiempo real de cómo se perfora la calcificación y cómo se aspira hasta conseguir su desaparición. El procedimiento se realiza de forma ambulatoria sin necesidad de ingreso y suele tener una duración de 25 minutos.

Se utiliza anestesia local tanto en la piel, la bursa, como en el trayecto hasta llegar a la calcificación. En condiciones de asepsia local, se procede  pasados  unos minutos a la introducción de la aguja hasta la calcificación y por medio de jeringa con suero fisiológico se introduce dentro de la calcificación, realizando movimientos repetitivos de introducción-extraccion del suero, se arrastra y aspiran los cristales, que van enturbiando el suero de la jeringa. Mediante varias jeringas se extraen todos los cristales, previa comprobación ecográfica hasta  su desaparición.

El objetivo no solo es la extracción completa de la calcificación, sino la fragmentación de ella, que en caso de quedar mínimas partículas, con los meses, se reabsorben generalmente del todo.

La mejoría suele ser progresiva, pero mi experiencia con la técnica es que el paciente al siguiente día se encuentra sin dolor  con una muy buena movilidad. Posteriormente, se realiza un seguimientos durante unos meses y la desaparición de la calcificación suele ser completa. La tasa de buenos resultados con esta técnica es del 91%.

En cuanto a las complicaciones, es un procedimiento seguro con una muy buena tasa de resultados satisfactorios y un mínimo índice de complicaciones, pudiendo aparecer en el proceso reacciones vagales, que se resuelven en el momento, o dolor postlavado.

Puede aparecer también bursitis, si no se es cuidadoso con la técnica. Las infecciones son infrecuentes, pero, si aparece cualquier síntoma, se contacta con el profesional para instaurar el consiguiente tratamiento antibiótico. Mínimamente, puede aparecer rigidez, aunque lo normal es que con la mejoría del dolor se facilite la movilización  temprana del paciente y esto hace que no ocurra dicha complicación.

En conclusión, el procedimiento es muy bien tolerado. Generalmente, solo es necesario un lavado, no se precisa baja laboral, ni ingreso hospitalario y la resolución del problema se produce en casi todos los casos. En muy pocos es necesario un segundo procedimiento, aunque se podría realizar sin problema.

Dra. Jara Marcos, Ana María (Traumatólogo: 05/1801/05 - www.doctorajaramarcos.com)

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